La gran premisa de la política, como herramienta transformadora de la realidad, como argumento para potenciar fortalezas colectivas y estrechar el margen de las debilidades es, precisamente, pensar el futuro y construirlo con acciones reales que, año tras año, hagan de esta tierra un paradigma del crecimiento sostenible, de las energías verdes y del empleo de calidad.
No es cuestión de levantar falsas expectativas o, como hace la derecha, apostar por un relato apocalíptico en donde ellos son los salvadores de una hecatombe que solamente ven y sienten a partir de sus voceros a sueldo.
Se trata, por el contrario, de un nuevo tiempo que se construye a partir de un diagnóstico basado en todo lo que tenemos en esta tierra para convertirla en un lugar de oportunidades, con trabajo, con esfuerzo y con una fe inquebrantable en lo que somos capaces de hacer.
Generar puntos de desarrollo en la provincia de Cáceres, tal y como está ocurriendo ya y como seguirá pasando en los próximos meses, no es una opción, es un imperativo de nuestras capacidades colectivas para generar riqueza y torcer, para siempre, nuestro pasado, hacia una época en el que necesitemos importar trabajo para hacer de la industrialización verde nuestra seña de identidad.
Así pues, no es gobernar con medidas a corto plazo. Es, sobre todo, desarrollar un plan industrial que sostenga nuestras ambiciones sociales y territoriales. Hacer de nuestra provincia un verdadero campo de oportunidades para nuestra gente y para quienes quieran venir a labrar su futuro aquí.
Ser capaces de estar en la vanguardia de la industria verde no es casualidad. Es la consecuencia misma de las políticas que, a partir de nuestro suelo industrial, de nuestro clima y de nuestra capacidad logística, nos convierten en una región atractiva para producir y generar empleo.
Ya no es tiempo de lamentos. Es hora de aunar esfuerzos y talento para que la provincia de Cáceres en particular y toda Extremadura en general den pasos firmes hacia el destino que nos estamos labrando, un destino lleno de oportunidades para los que estamos y para las generaciones que vienen. Estamos ante una cuestión de responsabilidad y de amor por nuestra tierra y para eso gobernamos.
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