Ahora que tanto solemos sugerir contenidos de las diferentes plataformas audiovisuales en multitud de conversaciones, allá donde estemos e independientemente de quienes sean nuestros interlocutores, siempre encontramos el contenido que nos une y nos vuelve cómplices, esta semana quisiera con vosotros hacer lo mismo. Quiero comenzar estas líneas alabando el documental de National Geographic Tartessos: la civilización perdida. Vedlo, no os arrepentiréis.
Durante todos estos meses, años ya, hemos insistido una y otra vez en la ciencia que nos salva la vida pero también, es la ciencia que nos dice quienes somos como muestra el yacimiento arqueológico tartésico Casas del Turuñuelo situado en Guareña, en el pasado mes de mayo el National Geographic lo denominó: «uno de los hechos arqueológicos más sobresalientes de la historia antigua mediterránea». Es desde Extremadura desde donde se está abriendo la historia sobre la leyenda de Tartessos.
En el Antiguo Testamento se cuenta que a Israel llegaban barcos cargados de oro procedente de la recóndita Tarsis. «Porque el rey tenía en el mar las naves de Tarsis junto con las naves de Hiram, y cada tres años las naves de Tarsis le traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales» o de la que hablaba el Profeta Ezequiel «por la abundancia de toda riqueza; con plata, hierro, estaño y plomo».
Durante siglos, aquella Tarsis sin localizar su lugar, saciada de metales preciados, e identificada por muchos con el pueblo de Tartessos mencionado en los textos clásicos griegos, parecía una leyenda; hoy la historia de ese pueblo, sus restos, se están descubriendo, estudiando aquí, y es hoy esta tierra Extremadura la que está cargada de ese nuevo oro. Cargada de lo más valioso de talento y conocimiento. Cargada de cultura. Cargada de agua, sol, materias primas, cargada de reservas minerales.
Pero lo cierto es que nunca hemos sido de esas historias de fastos y oropeles, ni súbditos de los laureles, como dice la canción. Hemos sido y somos humildes y generosos, y hoy esta región es una región fuerte y respetada dispuesta a afrontar las adversidades que se nos presenten. Y entre todas y todos hemos conseguido colocarla en el lugar en el que merece estar, junto al resto de Comunidades Autónomas y en condiciones de competir en igualdad con otros territorios por cualquier proyecto por ambicioso que resulte. Desde aquí lo que fue leyenda ahora haremos historia.
Problemas tienen y tendrán hoy y siempre este territorio y todos pero es la voluntad de crecimiento y de construcción lo que cambia todo. Querernos porque somos. Lamento profundamente quienes intentan hacer de esta tierra el peor de los lugares, el más atrasado, el más abandonado, la caricatura gris de lo que por trabajo y esfuerzo ya no somos. El Partido Popular extremeño acude a las miserias, a los catastrofismos propios de una derecha que a esta tierra siempre la vio así. Solo la ve así, de ahí ese ansia con la mirada en Madrid. Si alguien con ganas de invertir en esta tierra escuchase únicamente a los y las dirigentes del Partido Popular, no invertiría ni un euro. Por suerte, hay otras voces y otra realidad, por eso hay récord de pernoctaciones o en máximos de inversión privada o de exportaciones en nuestra región.
Y esos datos, los 10.000 extremeños menos en situación de desempleo, los 3.000 millones en exportaciones, nuestro campo innovando, nuestros estudiantes premiados… tantas y tantos extremeños haciendo tanto, simplemente demuestran que Extremadura la hacemos y construimos entre todos.
Reivindiquemos, amemos, luchemos, pero que nunca nos humillen, nos caricaturicen, no lo permitamos, no lo merecemos. Extremadura hoy es esa que lidera y muestra con orgullo lo que aquí se hace. Es de todos.
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