Utilizó nazismo.
Pronto se cumplirá un año de esta guerra invasora de Rusia sobre Ucrania y, ayer, también, Josep Borrell, insistía en que la reunión celebrada entre la Unión Europeay Ucrania demostraba que el sueño europeo del pueblo ucraniano se está convirtiendo en realidad.
Esta semana en una entrevista de Marc Bassets a Bernard-Henri Lévyle lanzaba la siguiente pregunta: ¿Qué nos dice este coraje a los europeos de Barcelona, París o Madrid? A lo que respondió: «Que nos equivocamos al estar cansados de Europa. Ellos no lo están. Demuestran que Europa es una idea todavía viva y que se puede vivir por ella y arriesgarse a morir por ella. Para nosotros, con frecuencia, Europa es una idea abstracta, casi muerta. Ellos nos dicen lo contrario, porque luchan por Europa. Por su patria y por Europa». Y lo afirma al describirlos con «El increíble coraje de esta gente. En el frío, en la oscuridad, bajo las bombas. La dignidad de estas mujeres y estos hombres. Su capacidad de resistir».
Veo que en la Comunidad de Madrid, desde su presidencia, se manosea el terrorismo para un debate parlamentario de chascarrillo. Consuelo Ordoñez en Twitter publicaba: «banalizar con un hashtag al asesino de tantos inocentes, entre ellos mi hermano Gregorio Ordoñez, demuestra su falta de principios y lo poco que le importamos».
Aquí se ridiculiza desde la derecha extremeña día sí y día también a Extremadura. Su día a día sin proyectos ni soluciones mientras la gente se forma, trabaja y mira adelante con todas sus dificultades. Su visión desactualizada y descarnada de una región repleta de esperanza y que rompe todos los estereotipos posibles, asiste a su absurdo.
Hay otra política que atañe a la vida directa como son los 90€ que de media han subido las pensiones o que la subida del Salario Mínimo Interprofesional en Extremadura afectará a 80.000 trabajadores, aproximadamente el 30% de los asalariados. Y sí, eso es justicia social.
Alfonso Guerra, en un extraordinario extracto de uno de sus discursos recientes decía que toda adversidad puede dar sus frutos si somos capaces de soportar el infortunio sin claudicar de nuestros principios, de nuestros valores. Es preciso, añadía, creer en los gestos cotidianos y las actitudes modestas pero heroicas, esas son las que abren un nuevo torrente a la vida. Y los grandes valores, hoy en desuso para algunos: la honestidad, el honor, el gusto por las cosas bien hechas, el respeto, la educación, son la garantía de un futuro más humano y más justo.
Y héroes y heroínas hay, están ahí, haciendo Extremadura, España y Europa. Sin banalizar.
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